Orgullo gallego

No mereció sufrir tanto el equipo dirigido por Javier Pardeiro, que logra tres valiosos puntos en una cancha complicada y mantiene el pulso por el liderato de la Primera División. Tras ocho jornadas, un empate y siete victorias consecutivas iluminan el ronsel naranja.

El encuentro respondió a las expectativas y ambos equipos presentaron sus credenciales desde el silbido inicial. El conjunto alicantino saltó a la pista con ambición, presionando en zona alta a un Burela que solventaba con calidad y buen juego la propuesta local. El control del juego se fue tiñendo de color visitante, blanco en esta ocasión, aunque el gol se resistía a pesar de las ocasiones generadas. Hasta que en el ecuador de esta primera singladura, la capitana del barco burelés, Dolo, pescó un rechace tras disparo de Dany para marcar el rumbo de la victoria.

Con el 0-1 se acentuó el dominio mariñano pero la falta de puntería impidió una mayor renta. Al filo del descanso, Maite impartió mayor justicia culminando una jugada de preciosa factura. Taconazo de Dany a Peque que envía el cuero al segundo palo donde aparece Maite para batir la meta local. Con el 0-2 en el marcador se llegó al tiempo de tregua.

En el segundo envite, la navegación resultó más turbulenta. Al minuto de juego, Txitxo logró reducir la ventaja (1-2), en una acción afortunada, invitando a la emoción al partido. El empuje local aumentaba y la frescura burelesa acusaba la intensidad del duelo. En esta fase de mayor equilibrio, las mariñanas desaprovecharon una superioridad numérica, tras la expulsión de Ángela en el minuto 26.

Las pulsaciones aumentaban con el paso de los minutos y con el puerto de la victoria en el horizonte llegó la expulsión de Lucía Nespereira, minuto 37.  Con las fuerzas bajo mínimos, superioridad numérica alicantina durante dos minutos y la apuesta local de cinco en el último, emergió el orgullo y la inteligencia táctica del Burela Pescados Rubén para conquistar un nuevo puerto y regresar a casa con un botín de tres puntos.