Todo sobre botas de fútbol sala: Tipos, suela, tejidos, sujeción al pie

Con el paso del tiempo, el fútbol sala ha ido evolucionando y transformando sus normas para volverse una opción mucho más adecuada para su público. Si bien todavía hay reglas que se comparten con el origen de este deporte, poco a poco se han variado algunas dinámicas de juego. Esto también se ha dejado ver en la equipación necesaria para poder jugar al fútbol sala.

Con intención de ayudarte a conocer un poco más el material que acompaña a cada jugador en el campo, en Pescados Rubén Burela FS queremos profundizar un poco más en uno de los puntos más reconocibles: las zapatillas de fútbol sala. ¿Cómo de importante puede ser una zapatilla de fútbol sala para un jugador? ¿Existen distintos tipos? Estas y más preguntas vamos a responderlas a continuación.

¿En qué se diferencian las zapatillas de fútbol sala de las botas de fútbol?

Como bien sabes, las bambas de fútbol sala son una de las partes del equipamiento necesarias para poder realizar este deporte. Después de todo, se tratan de este complemento intermediario entre el pie y el balón, por lo que influyen directamente en la capacidad del jugador para rendir e incluso su protección de cara a las lesiones. Sin embargo, ¿en qué se diferencian estas de las botas de fútbol 11?

Si bien ambos productos pueden tener un diseño esencialmente similar, las diferencias entre ambas propuestas son claves. Uno de los principales cambios se presenta en la suela puesto que los terrenos de juego son distintos. Así es que la diferencia más notable entre ambos se presenta con la ausencia de tacos en las zapatillas de fútbol sala. Además, la suela de goma es más duradera, siendo más similares en este aspecto a las que se utilizan para jugar al baloncesto.

Materiales utilizados para fabricar las zapatillas

A la hora de elegir unas zapatillas de fútbol sala, debes saber que estas se crean con tres tipos de materiales principales. Dependiendo de la marca e incluso las características que un jugador busque en las zapatillas, estas pueden ser de piel, sintéticas o de hilo. Esta última opción se ha ido popularizando en los últimos años, a pesar de que las opciones más extendidas son las de piel y sintéticas.

En el caso de optar por las de piel nos encontramos con unas zapatillas más cómodas mientras que las sintéticas, además de aportarnos el efecto de la piel e incluso unas zapatillas de fútbol sala más baratas, también nos garantizan una opción bastante resistente al desgaste y más ligera.

La suela de las zapatillas de fútbol sala

Se trata de un elemento clave ya que marca el agarre y tracción, lo que se traduce directamente en la estabilidad del jugador. La suela debe ser resistente a las superficies abrasivas, lo que a su vez les aporta un extra de durabilidad. ¿Cómo se consigue esto? Eligiendo la suela de goma ya que se trata del material más adecuado al desgastarse con menor facilidad.

Y si bien las zapatillas no llevan tacos en su suela, sí disponen de unos pliegues en las suelas. Estas ayudan a la adherencia, de tal forma que se consigue una mayor seguridad para el jugador. Por ello, el caucho favorece que los jugadores de fútbol sala puedan llegar a realizar un cambio de dirección con tanta efectividad gracias a ganar en el agarre.

Altura de la suela de la zapatilla

El perfil o altura de la suela viene a determinar exactamente la distancia que existe entre el suelo y el pie. A la hora de pensar en qué tipo debes elegir, también debes pensar en qué tipo de jugador quieres ser o eres.

• Suela alta - Para jugadores corpulentos y de mucha potencia. Garantizan una gran estabilidad y seguridad en los apoyos.
• Suela media - Es la opción más equitativa. Perfecta para los jugadores que buscan amortiguación sin que esta gane en peso.
• Suela baja - Ideales para los jugadores rápidos. Resultan ligeras y aportan una mayor sensación de contacto con el balón.

Sujección al pie de las zapatillas

Resulta muy importante fijarse también en el cierre de la zapatilla. ¿Por qué? Porque esta determina el ajuste y la forma en la que se acomoda y adapta al pie. Por ello, debemos evitar ante todo el riesgo a que la zapatilla se escape durante una carrera o que, al golpear el balón, se pueda soltar por completo. Para ello, se proponen distintos tipos de cierre: velcro, cordones o incluso una combinación de ambos.

A la hora de optar por el velcro, debemos saber que se trata de la opción más rápida, aunque no se adapta del todo al pie; de hecho, con el tiempo tiende a estropearse y aflojarse. Los cordones garantizan un nivel de ajuste regulable y la posibilidad de dejar perfectamente ajustada esta al pie. Y si bien estos se pueden soltar, algo que suele ser bastante raro, se puede solucionar fácilmente.