Fabas de Lourenzá: Las alubias con Indicación de Origen Protegida

Imagen de portada de Turismo.gal

A lo largo del mundo, podemos encontrarnos con platos únicos y deliciosos. Esto lleva a descubrir nuevos sabores a aquellos que deciden explorar y, por supuesto, esto no se queda atrás en la zona de A Mariña Lucense. En alguna ocasión os hemos hablado de los platos más destacados de la zona y, sin embargo, la gastronomía de A Mariña Lucense es de lo más variada. Incluso incluye alubias con Indicación de Origen Protegida, como es el caso de las fabas de Lourenzá.

Muchos se han preguntado en alguna ocasión qué es lo que hace tan especial a este tipo de producto. Sin embargo, cuenta con características realmente únicas, hasta el punto de que no podemos pasar por alto elementos tan llamativos como el hecho de que este tipo de alimento llega a contar incluso con su propia fiesta. Después de todo, esta incluso se declaró como interés turístico en el año 2001 tras comenzar su celebración el primer fin de semana de octubre en el año 1990.

Una tierra perfecta para el cultivo de esta faba

Uno de los puntos que más llaman la atención de esta faba es que cuenta con todos los puntos para cumplir con el cultivo. Después de todo, está acomodado en una zona que resulta ideal por su proximidad al mar así como su localización entre las montañas. Llama la atención destacar la presencia de suelos ricos, profundos así como bien drenados y de texturas medias.

Estas condiciones garantizan que nazca un producto delicado que, junto con el clima, aportará calidad final del producto. Es por todas estas condiciones que se convierte en una faba realmente demandada por parte de los consumidores ya que cuenta con escasa piel, elevada capacidad de absorción de agua así como un sabor exquisito tras su cocción. Esto provoca que, al final de su cocinado, tenga un efecto tierno, sabroso y que se adapta al sabor del caldo.

Una faba completamente gallega

El cultivo de estas fabas no es algo completamente nuevo, sino que realmente llevaba muy presente en la zona durante diferentes épocas. De hecho, ya estaba presente en ferias en el año 1774, aunque fue en pleno año 1960 cuando este cultivo se comenzó a incentivar. Fue a partir de este año cuando hubo un gran incremento en su producción, alcanzando entonces altos niveles de calidad, sobre todo por la calidad que ofrece.

Tanto llamaron la atención, que acabaron ganándose el nombre de Fabas de Lourenzá. Un éxito asombroso que no solo las ha llevado a convertirse en un producto reconocido en Galicia, sino que además cuenta con su propia fiesta, dando así la oportunidad a todos los presentes de disfrutar de su sabor completamente única.