#Pioneras: María Aumacellas, pionera en natación y natación sincronizada
La historia de María Aumacellas Salayet (Palafrugell, 16 de septiembre de 1910 - Palma de Mallorca, 24 de agosto de 1988) siempre estuvo muy unida a la natación. Su nombre es reconocido por todos los amantes del deporte, sin importar la actividad que se siga, ya que gracias a ella pudimos descubrir en nuestro país nuevas prácticas dentro de los deportes acuáticos. Y si bien tiene una carrera repleta de títulos, por el que mejor se le reconoce es por haberse proclamado como campeona de España de natación en los años treinta.
María nació en Barcelona en septiembre de 1910 y poco tiempo tardó en comenzar a practicar el deporte de la natación, donde encontró su gran pasión. Tanto le atraía esta práctica que incluso antes de cumplir la mayoría de edad compitió en varios campeonatos de España en distintas pruebas, llegando a conseguir un primer puesto en varias ocasiones. Una forma espectacular de demostrar que ese era su camino.
En su estancia en Barcelona fue miembro del Club Natación Barcelona donde se especializó en estilo libre y espalda. Al formar parte de este equipo, durante la década de 1930, participó en varios campeonatos de España y Cataluña. Unos intentos que acabaron en victoria puesto que en 1928, 1929 y 1931 se hizo con el título de campeona en 400m libres. Pero estos no fueron sus únicos éxitos, sino que en 100m espalda también logró el título en los años 1929 y 1931.
Una carrera repleto de grandes éxitos y momentos recordados a lo largo de la historia
Previo a estos premios, la joven María Aumacellas enlazó su vida con el nadador Enrique Granados Gales, quien también era compañero del club y campeón de España de natación. Ambos, grandes profesionales, llamaron la atención del Canoe, quien fichó a Enrique para entrenar a sus futuras promesas. Ambos se trasladaron a Madrid en donde, por supuesto, María siguió aferrada al deporte que la enamoró desde bien pequeña.
Formando parte del Canoe de Madrid siguió compitiendo, demostrando que era uno de los grandes talentos del país. Conquistó la travesía de la Casa de Campo y un gran logro que acompañó con todo tipo de récords nacionales en 200, 300, 400, 500, 800, 1000 y 1500 metros libres. En la categoría espalda logró hacerse con los récords de 100, 200 y 400 metros.
Por supuesto, el legado de María no será olvidado jamás ya que, durante su estancia en Madrid, exactamente en el año 1952, fue entrenadora del equipo y fundadora del primer grupo de ballet acuático de España. Posteriormente, ya en los años 60, entrenó al equipo de natación sincronizada en el Real Canoe, a quien llevó a ganar el Campeonato de España de 1966. Un logro que le abrió las puertas para convertirse en la delegada de la selección de natación sincronizada de la Federación Española.
Tanto en vida como después de su muerte, se ha homenajeado a la nadadora con un evento anual organizado por el Real Canoe Natación Club. En él se llama a las mejores nadadoras de natación sincronizada para recordar a la mujer que fue pionera de este deporte. Por supuesto, para seguir con su legado, sus dos hijos Enrique y Jorge siguieron practicando este deporte. Ambos consiguieron varios récords de España entre 1950 y 1955 y, en el caso de Enrique, incluso estuvo presente en los Juegos Olímpicos de 1952 y 1956.
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